miércoles, 18 de marzo de 2009

BAFICI: Lo que se vera Parte 6

BAGATELA Jorge Caballero




La ley. El sistema judicial. Los detenidos. Jorge Caballero Ramos se mete en la cotidianidad de la justicia de Bogotá. ¿Los grandes delitos, los detenidos ricos, los peces gordos? No, aquí vemos cómo es el proceso de los delitos pequeños: el robo de un celular, el robo de cables, la venta de CDs piratas... Vemos la clase más baja de la delincuencia, gente a la que incluso es difícil ubicar en esa categoría; algunos de ellos son apenas buscavidas, desesperados, pobres sin vueltas, infractores menos peligrosos que quien no respeta un semáforo. Sin embargo, por las leyes vigentes, son castigados con una dureza llamativa. En Bagatela mayormente asistimos a las diferentes charlas de los detenidos con los abogados, a la exposición de sus casos y al despliegue de sus posibilidades. Y también a alguna resolución del juez. Pero, sobre todo, asistimos a una realidad sintomática construida mediante una narrativa límpida y una observación tan minuciosa como respetuosa y distanciada.
BARBE BLEUE Catherine Breillat
Con ambientación austera y simples recursos de montaje, Catherine Breillat desarrolla una sencilla pero entrañable versión del clásico de Charles Perrault. A una de las hermanas, Catherine, le gusta asustar a la otra, Marie-Anne, con cuentos de hadas e insiste con la lectura de Barba Azul. El relato de fines del siglo XVII se empieza a desarrollar en la pantalla. Otras dos hermanas cayeron en desgracia económica. Después de meditarlo, la más joven accede a casarse con el acaudalado Barba Azul, aún desagradable como es, aún desconociendo el paradero de sus siete mujeres anteriores. Cuando éste sale de viaje, ella sólo tiene que respetar la prohibición de entrar al cuarto misterioso del castillo. Pero la curiosidad de las hermanas abre camino al esperado horror. Breillat consigue representar el crudo y sangriento desenlace y mantener el tono de frescura y ensueño juvenil de las jóvenes en París de los años 50.
BÁSICAMENTE UN POZO Grupo Humus
El maestro de un colegio primario tiene una idea ridícula pero científicamente coherente, que demuestra la veracidad de la Ley de Gravitación Universal de Isaac Newton. La idea consiste en hacer un pozo que atraviese la Tierra para comprobar que, si los cuerpos están siempre sometidos a una fuerza dirigida hacia el centro de la Tierra, todo cuerpo que se abisme en ese pozo-túnel haría un recorrido en caída libre hasta el otro lado para volver a hacer el recorrido inverso, atravesando la Tierra como un péndulo infinito. Y la obsesión de hacer ese pozo para verificar tan esperpéntico postulado es el centro de gravedad cómica que atrae y abisma cada segundo de esta película, donde un pueblo entero está dedicado a una utópica extravagancia científica. Esta misión estrafalaria es la excusa para formar un colectivo espontáneo que pinta virtudes y defectos de la interacción, la fidelidad y la energía comunitaria. Por eso, que la película esté dirigida por el colectivo Humus no es casual: es coherente.




BAYAN KO: MY OWN COUNTRY Lino Brocka

Muerto en 1991 en un accidente automovilístico, Lino Brocka es considerado el cineasta más importante de Filipinas. Quizás podría hablarse del principal credo de Brocka (del cine como disparador, a ráfagas por segundo, de denuncia, de melodrama, de inteligencia) o quizás se podría presentar su Bayan Ko como uno de los izquierdazos más fuertes que recibió la dictadura de Ferdinando Marcos. Convirtiendo la historia de un tipo desesperado que sale a robar para mantener a su familia en el espejo de una época, y a la vez traduciendo en ese relato la furia por el aquel entonces reciente asesinato del periodista Benigno Aquino, la poderosa, comprometida película de Brocka logró atraer la atención mundial hacia los pobres y los marginales de su país, aunque para eso el director haya tenido que contrabandearla hasta Cannes y, como consecuencia de ello, perder temporalmente su ciudadanía filipina. Bayan Ko, finalmente, puede verse en doble programa con el último "film sin film" de Khavn de la Cruz (uno de los herederos más talentosos de Brocka), Manila in the Fangs of Darkness, que se presenta en la sección Panorama.

BE CALM AND COUNT TO SEVEN Ramtin Lavafipour

El mar y la playa de esta película pueden hacernos pensar tanto en Lost como en las costas italianas del neorrealismo. Como sucediera más de una vez en aquel cine de posguerra, aquí la presencia de un chico sirve para mostrar el estado de una sociedad. Pero como pasa también en la serie de televisión mencionada, el agua es una frontera misteriosa, infranqueable durante todo el relato. Claro que el territorio de este film es uno tan aparentemente lejano del nuestro como puede serlo un Irán que ni siquiera se parece al construido por Kiarostami (tanto más real –que no realista– cuanto más transfigurado por su mirada). Mucho de lo que parece regional en este film se revela universal, o más bien global, a partir de ese chico que sueña con ser como Ronaldinho mientras debe enfrentar la desaparición de su padre y ganarse la vida con el contrabando. Junto a él hay un intermediario con dolor de muelas que se la pasa hablando por teléfono con su esposa que vive en Teherán, y una chica que perdió a su novio durante la noche de bodas y cultiva un árbol en medio del desierto.

BEAUTIFUL LOSERS Joshua Land

Los perdedores más lindos de la escena artística norteamericana de los noventa son, paradójicamente, los más exitosos de la escena contemporánea. Barry McGee, Ed Templeton, Margaret Kilgallen, Harmony Korine, Geoff McFetridge, Mike Mills, y la lista sigue. Si bien ahora muchos trabajan como artistas de diseño para Nike, Pepsi o MTV, hasta no hace mucho todavía eran un puñado de lúmpenes adorables con skates, cámaras, pinceles y aerosoles bajo el brazo. Y esas raíces algo amargas son las que el documental de Aaron Rose, artista, curador y fundador de la galería de arte Alleged (antiguo núcleo de los losers), intenta desenterrar y mostrar con lujo de detalles, a través de entrevistas y visitas a los estudios de cada artista. En su aparente sencillez, Beautiful Losers retrata el comienzo de todo, el estallido, el movimiento y la cristalización de un nuevo capítulo de la historia del arte estadounidense, protagonizado por unos tipos y tipas muy simpáticos.




BEESWAX Andrew Bujalski

Como en las dos películas anteriores de Bujalski (Funny Ha Ha y Mutual Appreciation), la historia en Beeswax, en términos de narración, es mínima en relación a la trascendencia de los personajes y sus acciones. Usualmente comparado con Cassavetes y Rohmer, el director pone en el centro del relato a dos hermanas gemelas, Jeannie y Lauren (gemelas en la vida real y sin experiencia previa frente a la cámara), que viven en Texas. Una de ellas está en silla de ruedas desde la infancia y es dueña de un negocio de ropa usada que comparte con una amiga; la otra no puede decidirse entre trabajos ni entre novios. Una posible demanda legal desencadena una serie de situaciones que obligará a las hermanas (y al ex novio de una de ellas) a abrirse paso entre complicaciones jurídicas y románticas, describiendo con afecto y sensibilidad a una generación que intenta, como puede, hacerse cargo de la adultez.

BERNADETTE Duncan Campbell


Bernadette es Bernadette
Devlin, activista católica irlandesa que en 1969 se convirtió en la mujer más joven en acceder a la Cámara de los Comunes, a quien le
prohibieron hablar tras los incidentes del domingo 30 de enero de 1972 (conocido como "Domingo sangriento"), y a quien hace menos de seis años le negaron la entrada a los Estados Unidos por considerarla un peligro para la seguridad nacional. Pero la Bernadette de esta película no tiene nada que ver con los datos de la Enciclopedia Británica (o de Wikipedia) inventariados aquí. Con los gestos, miradas y palabras recogidos por las cámaras hacia finales de la década del sesenta, Campbell organiza un retrato de intensidades. Ni la trivialidad biográfica de una mujer ni el repaso histórico de una época: el registro compuesto de unos rostros, unas ropas, una luz, unas calles, una determinada materia fílmica. A Melissa Gronlund, del Instituto de Arte Contemporáneo de Londres, los procedimientos de la película le recuerdan a los de Godard en El desprecio. La obsesiva atención que Campbell le dispensa a los rostros tampoco lo hace indigno de Griffith, Eisenstein o Dreyer.

BEZHIN MEADOW Sergei M. Eisenstein


En tiempos de colectivización y avance revolucionario en la URSS, algunos kulaks se enfrentan a los koljózniks; una lucha vista también a través del prisma histórico y mítico del enfrentamiento entre un padre y su hijo, el heroico Stepok.
Comenzada dos años antes, la producción de Bezhin Meadow fue suspendida en 1937 porque el film de Eisenstein había disgustado a Stalin. Los rollos de película desaparecieron durante la Segunda Guerra Mundial, seguramente destruidos en el incendio tras algún bombardeo. El film, no obstante la doble desgracia (la suspensión y la destrucción), logró ser restaurado a partir de los casi setecientos fotogramas sobrevivientes, lo que se traduce como una imagen para cada plano de la cámara. La reconstitución de Bezhin Meadow está dedicada “a la memoria de Péra Atachéva, quien ha conservado el material que compone el film”.

BIGGER STRONGER FASTER Christopher Bell

Chris Bell y sus hermanos son fisicoculturistas, y toman o han tomado esteroides. Chris hace un documental de investigación en primera persona, como a los que nos tiene acostumbrados Michael Moore. Como ocurre con los documentales (o panfletos) de Moore, Bigger Stronger Faster* es una película de gran impacto, llena de declaraciones polémicas y en la que el documentalista pone la cara y el cuerpo (esto último, especialmente atinado en este caso). También, al igual que Moore, Bell intenta interpretar su país a partir de uno de sus tantos aspectos controvertidos. Sin embargo, a diferencia de Moore, Bell quiere saber y no está seguro de antemano: quiere investigar primero para luego poder pensar o argumentar. En Bigger Stronger Faster* asistimos entonces a una investigación –con humor, ironía y también dolor– sobre el deporte, los negocios farmacéuticos y las conveniencias políticas ante las fluctuantes prohibiciones y los discutibles permisos para todo aquello que mejora a los deportistas. Y, además, sobre las figuras expansivas de Hulk Hogan, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y el cine de los ochenta de Reagan.



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